Por Milenka E. Pereira
Desde hace siglos las metáforas nos han ayudado a comprender los hechos de la vida, de como funciona el mundo, de como podemos interpretarlo, sin embargo hoy en día nos encontramos ante un suceso sorpresivo, de gran impacto socio económico y racionalizado por retrospección, la metáfora del “cisne negro”, descrita por un nuevo renacentista de nuestra era Nassim Taleb; considerando al Covid-19 como un cisne negro nuestra realidad cambia y el mundo que le aposto a la economía como generadora de bienestar se tambalea ante el colapso del sistema, un sistema con una progresión lógica que nos ha llevado a un punto donde ya no podemos continuar pensando de la misma forma.
Ante este dantesco panorama nos preguntamos cual es el papel del artista del siglo XXI, y descubrimos que aun sigue siendo la de generar metáforas, ya que estas se basan en imaginación. Sin embargo, ¿Qué ha pasado con la antigua metáfora del ¨Vivir Bien”de Bolivia, basada en gran parte sobre los hidrocarburos?, ¿actualmente tenemos una nueva metáfora como país?. Esto nos lleva a analizar el pensamiento que tienen nuestros actuales lideres políticos, los cuales como es sabido no generan metáforas como harían los artistas o filósofos y esto es debido a que los políticos no comprenden la magnitud del problema que estamos viviendo.
En este sentir, recordando la creación del Ministerio de Culturas y Turismo de Bolivia el año 2008, donde la cultura paso a ser un problema de Estado, hoy en el año 2020 el Estado pasa a ser un problema de cultura, porque sin cultura no vamos a solucionar lo que estamos experimentando, ya que la cultura ha pasado de ser un problema local a un problema universal de supervivencia que ahora involucra ciencia y tecnología.
En este tiempo de aislamiento hemos comprendido que lo real se ha traspasado a lo virtual, que el celular se ha convertido en una herramienta que ahora es parte de nuestra educación, trabajo y vida, y nos hemos preguntado, ¿cuál será el papel que jugara el Estado en esta nueva realidad?, ¿será tal vez el de solo protector e interlocutor del artista, quedando atrás su papel de administrador de la cultura?.
Ahora bien, la misión del artista es convertirse en el hacedor de metáforas, pues es de quien viene la proveeduria de imaginación la cual se convertirá en ciencia por medio de la creatividad, la participación cooperativa y la experimentación abierta, que aliada con la tecnología generara una nueva economía, siendo el campo de acción el Internet, donde se plasmara el mensaje, el cual debe tener formalidad en si mismo, ya que como Marshall Mcluhan señalo, un medio afecta a la sociedad en la que desarrolla un papel, no solo por el contenido que posee, sino también por las características del medio en sí, ya que el medio es el mensaje.
La imaginación será el motor de la metáfora la cual le dará valor agregado, lo que conocemos como innovación se convierte en ingeniería en arte, como expone el gestor cultural mexicano Juan Jose Diaz sobre la gestión cultural en tiempos de Covid-19, siendo la imaginación la que permita a la ciencia resolver el problema que estamos viviendo. De esta forma los espacios culturales se transformaran en espacios pro-activos, Hubs de arte social para los artistas, donde se recupere el tejido social, convirtiéndose los gestores culturales en productores culturales digitales.
La tecnología nos brindara la cadena de bloques que es un concepto que plantea una enorme revolución no solo en nuestra economía, sino en las diferentes áreas que engloba la cultura, logrando alcanzar un consenso sobre la integridad de los datos por parte de todos los participantes de la red sin necesidad de recurrir a una entidad de confianza que centralice la información, considerándose una tecnología en la que la “verdad” (estado confiable del sistema) es construida, alcanzada y fortalecida por los propios miembros que la componen. En base a esto, surgirá una moneda justa, descentralizada y virtual llamada criptomoneda cultural, la cual ira construyendo una economía libre, así como lo ha hecho el Bitcoin, integrando filosofía, tecnología y economía.
Pero todo esto será posible si trabajamos como una parvada, un trabajo real en equipo, que genera algo mas grande en si mismo, moviéndose de manera natural en el ambiente, ya que debemos generar un cambio de paradigma hacia un pensamiento científico y de compasión en un contexto de cultura cooperativa, que dejara de lado a la competencia desleal y la supervivencia del mas fuerte para así salir de la crisis actual.
Vivimos momentos en los que algunas cosas se benefician de los sobresaltos, prosperan y crecen cuando se exponen a la volatilidad, a el desorden y los factores estresantes es decir se convierten en antifragiles, el termino va mas allá de la resiliencia que solo resiste, lo antifragil mejora; los factores estresantes vitales no son necesariamente algo malo para la sociedad que los experimenta ya que darán lugar a un nuevo renacimiento en todos sus aspectos y ante un mundo viejo que aun no muere, y un mundo nuevo que aun no nace en el claro oscuro surgirán los hacedores de metáforas.
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